No te apresures a penetrarte con tus dedos. Sólo si el acceso resulta fácil, coloca tu dedo dentro de tu vagina con la palma de tu mano hacia arriba y muévelo como lo harías si estuvieras llamando a alguien con el dedo para que se acerque. Así estarás acariciando la parte interior de tu vagina.
Esta zona, conocida como el Punto Grafenberg o Punto G, comienza a ponerse rugosa, a hincharse y palpitar. Eso significa que te gusta lo que estás haciendo.
La parte interior de los muslos
Piensa en el interior de tus muslos como el pasadizo a sus órganos sexuales. Al masajear la parte interior de tus muslos los labios vaginales se mueven, lo que a su vez estimula tu clítoris.
tu excitación aumenta con la expectativa, así que te excítataras , después para un momento. Utiliza objetos inusuales, como ponerte un guante de piel, o prueba colocar un vibrador entre tus muslos para acelerar su pulso.
La duda de muchas mujeres sobre cómo debería ser el orgasmo surgen en parte del desconocimiento de su propio cuerpo y de lo que los demás hombres y mujeres dicen que debe ser. Esto provoca tal incertidumbre que a muchas mujeres se les pasa por alto tal experiencia, o bien, la ven como algo inalcanzable.
El orgasmo es la culminación de la tensión sexual para dar paso a su liberación. Para entender los signos sería buena idea que revise el "Ciclo de la Respuesta Sexual Humana."
La inminencia del orgasmo es precedida de un sudor ligero, inoloro y del "rubor sexual." Con un aumento de la tensión arterial y frecuencia respiratoria. Luego, sientes una sensación de placer, dolor, o presión en el vientre, con una urgencia de aumentar el estímulo sexual. La sensación da lugar a una descarga de sustancias cerebrales, una relajación, y a veces un tipo de cansancio y beneplácito.
Pueden haber sensaciones de opresión, de urgencia, y presión que acompañan las contracciones rítmicas desde el fondo uterino hasta los músculos del introito vaginal. Una cosa, el orgasmo no viene, se encuentra. Es decir, la mujer debe tener un marco conceptual apropiado, voluntad y disposición.
finalmente La sexualidad es una conducta que se aprende igual que muchas otras y como no existe una persona igual a otra, tu debes darle las pautas de lo que es bueno para ti y juntos deben descubrir cómo lograr placer a través de su relación sexual. Si tu esperas que él adivine lo que es bueno para ti o que el sepa exactamente lo que debe hacer, estos pensamientos te hacen tener expectativas irreales y por cierto frustrarte, culpando al otro exclusivamente de lo que a ambos les pasa.
Ambos tienen mucho que aprender y por ello deben buscar información en libros del tema y eventualmente en especialistas que puedan orientarlos. Pero lo más importante es reconocer las propias sensaciones y deseos y poder comunicárselo con respeto y con claridad al otro, de modo que cada vez vayan siendo más precisos en su capacidad de satisfacerse mutuamente.
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